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CATASTROFISMO DEMOGRÁFICO. (Ignacio Duque)

La estabilidad poblacional en el Primer Mundo, incluidas las evoluciones significativas de la pirámide de edad en países como España, están provocando pronósticos agoreros respecto a la viabilidad futura de un Estado del bienestar cada vez más roído por la dinámica globalizadora. Como destaca el autor del trabajo, en una sociedad dominada por el paro estructural y el voraz consumo de recursos naturales no renovables, la disminución de los tamaños poblacionales (que se producen de una forma espontánea) debería constituir una buena noticia. No es así, y frente a estos planteamientos, se abre camino una especie de catastrofismo bien programado, al que un reciente informe de la ONU acaba de dar respaldo institucional. Con el envejecimiento de la población (se nos anuncia) se harán cada vez más económicamente "insostenibles los sistemas de pensiones. Correlato lógico: si usted no quiere ser un futuro anciano desvalido, empiece a invertir en Fondos privados.
Como solución complementaria, aparentemente introducida por argumentos de sentido común (y hasta presuntamente progresistas) se nos habla de las "migraciones de sustitución". Importemos extranjeros que coticen hoy para asegurar nuestra vejez mañana. Ya sabemos que exigen poco. Se trata de una "solución" que, además de encarar el problema de las personas que se ven impulsadas a emigrar desde un punto de vista meramente instrumental (no desde la justicia geopolítica, los derechos humanos, el mestizaje, etc.) es absolutamente delirante, porque supone que los contingentes migratorios han de estar constituidos por levas juveniles en permanente renovación (cuando se hagan viejos ya no nos sirven, puesto que generarían los mismos gastos que nuestros ancianos autóctonos). Además, que sean solteros, porque si hacen venir a sus familiares una vez que se hayan instalado, va a generar gasto social, y así tampoco nos saldrán las cuentas...


El planteamiento del informe de la ONU es el siguiente: a partir de las proyecciones de la población mundial (2), la situación actual de la dinámica demográfica en los países desarrollados se caracteriza principalmente por unos niveles de fecundidad bajos o muy bajos y unos parámetros de mortalidad decrecientes, con lo que las previsiones apuntan a un creciente envejecimiento de la población, así como a un descenso de los - tamaños poblacionales de todos los países, si bien en diferentes fechas y con diversa intensidad (3). Dando por descontado que los incrementos en los niveles reproductivos serán moderados, y que no es previsible un incremento de la mortalidad, el informe de la ONU plantea en qué medida las migraciones internacionales son una solución en relación con los siguientes parámetros de evolución demográfica:
1) Decrecimiento de la población total.
2) Disminución de la población en edad potencialmente activa.
3) Envejecimiento de la población. Del conjunto de zonas en las que las previsiones de población estiman que se producirán descensos de tamaño en el periodo 1998-2050, el informe sobre Migraciones de Sustitución desarrolla - únicamente cálculos detallados para algunos agregados (4). El primer silencio y desplazamiento se produce ya desde el comienzo ¿cuáles son los problemas sociales y económicos asociados a estas tendencias? El informe no los menciona, pero deben ser muy obvios, porque pasa directamente a analizar en qué medida las migraciones de sustitución son una "solución' a los mismos.

Falsas creencias sobre la inmigración.

En mi opinión, el aspecto más valioso del informe es su revisión sobre la literatura disponible. La importancia de la inmigración en relación al crecimiento de las poblaciones de algunos países está fuera de dudas, pero la dificultad está en evaluar su impacto en relación con los parámetros demográficos de los países de acogida. Las conclusiones de los estudios previos son unánimes en relación con el envejecimiento de 1a población: retrospectivamente su aporte ha sido pequeño, y prospectivamente, sólo enormes cantidades de inmigrantes netos consiguen modificar, en escasa medida, las relaciones esperadas entre los distintos grupos de edades. Esto se debe a dos circunstancias:
a) Frente a ¡a creencia común de que hay una gran diferencia entre la juventud de los inmigrantes y la estructura de edades de las poblaciones de acogida, hay escasa evidencia empírica e histórica al respecto (5), y aunque en el caso español la experiencia de acogida inmigratoria es reciente, éste ha sido también un tópico contra el que han luchado diversos analistas (6).
b) La adaptación de las poblaciones inmigrantes a los patrones de fecundidad de la población de acogida es muy rápida. Por ello, todas ¡as estimaciones realizadas en los estudios citados llegan a la misma conclusión: sólo enormes y constantes flujos de inmigrantes conseguirían mejorar ligeramente el llamado proceso de envejecimiento de la población, y en consecuencia, las migraciones internacionales no pueden evitar ni la disminución de tamaño ni el envejecimiento de la población. Pero (por suerte) el director de la División de Población de la ONU y su equipo no se desanimaron, y a partir de esta revisión bastante concluyente de la literatura disponible, podemos hoy analizar ¡os resultados de su documento.
El informe se plantea cinco escenarios: la variante media de las proyecciones de la ONU en su revisión 1998 que se toma como base de comparación, esta misma variante media en el supuesto de que no se produjesen migraciones internacionales, la migración necesaria para mantener el tamaño de la población más alto alcanzado a partir de 1995 sin migración, la migración necesaria para mantener el tamaño de La población potencialmente activa (15 a 64 años) más alto alcanzado a partir de 1995 sin migración, y la migración necesaria para mantener la relación población 15-64 dividida por población 65 y más al nivel más alto alcanzado a partir de 1995 sin migración (7).
Los resultados adquieren el carácter de noticia tras una lectura superficial. Si no se produjesen flujos migratorios, sólo Francia y Estados Unidos no descenderían en su población total entre 2000 y 2050, mientras Alemania perdería 22 de sus 81 millones de habitantes, la Unión Europea perdería 62 millones (17 por ciento de su población) e Italia tendría un 35% de su población por encima de 64 años y una proporción de dependencia de 1,5 potenciales activos por cada potencial jubilado. Para mantener el nivel de población hasta el 2050, Japón necesitaría 17 millones de inmigrantes netos, y la Unión Europea 47 millones (al final del período, el 17% de su población estaría integrado por los inmigrantes posteriores a 1995 y sus descendientes). Si lo que se pretendiera fuera mantener el tamaño absoluto de los grupos de 15-64 años al máximo nivel hasta el 2050, las cantidades calculadas serían superiores en todos los casos: la Federación Rusa necesitaría 38 millones de inmigrantes netos, Japón precisaría de 33 millones y la proyección para Alemania seria que en 2050 el 36% de su población estaría integrado por inmigrantes posteriores a 1995 o por sus descendientes. Finalmente, para mantener la relación entre potenciales activos y los potenciales jubilados serían necesarias hasta el año 2050 las siguientes cantidades de inmigrantes en millones entre paréntesis la proporción de inmigrantes posteriores a 1995 en la población total: 188 en Alemania (80%), 553 en Japón (87%), 593 en Estados Unidos (73%), 701 en la Unión Europea (75%) y 5.149 millones en Corea del Sur (99%). No se pueden pedir conclusiones más espectaculares y absurdas.

Las "migraciones de sustitución" como panacea.
¿Cuáles son las conclusiones del informe? No es tan difícil suponerlo. Tras unas breves reflexiones sobre el mayor coste económico de mantenimiento de los inactivos ancianos respecto a otros inactivos, y tras considerar que los incrementos de productividad podrían ser absorbidos probablemente por un incremento de las aspiraciones y demandas de la población (en el futuro la gente será más ferozmente consumista) los nuevos retos del actual escenario afectarían a las siguientes cuestiones:
a) la regulación de la edad de jubilación, b) los niveles de prestaciones sociales de jubilación y salud, c) la participación en la población ocupada, d) la proporción en que los trabajadores y los empresarios soportan los sistemas de pensiones y de asistencia sanitaria, e) las políticas de inmigración, especialmente migraciones de sustitución, y de integración de grandes cantidades de migrantes y de sus descendientes. Qué, significa esto que, sin ser "solución" única, las migraciones de sustitución podrían ser "solución complementaria"?).
En estos casos se suele decir que aunque los cálculos puedan no ser muy exactos (8) el problema es de tal magnitud que el informe tiene al menos el mérito de llamar la atención sobre el problema. Sin embargo, no parece que sea intelectualmente de recibo pasar a desarrollar unos detallados cálculos a través de los cuales se intenta sugerir que el equilibrio demográfico en que reposa nuestro sistema social y de prestaciones es inviable (a no tan largo plazo) y que, a pesar de que las migraciones de sustitución no son la solución única, deben usarse en combinación con otras duras decisiones, sin haber dedicado unas pocas líneas a definir cuáles son los problemas que plantea el cambio de relación de dependencia, de las proporciones de mayores de 65 o de la disminución sobre el tamaño de la población alcanzada en un momento determinado. Es necesario por lo tanto desconstruir el armazón argumental del Informe de la ONU, tomado a partir de ahora como paradigma del discurso del catastrofismo demográfico. El primer problema evocado, para solucionar el cual se hacen los cálculos sobre las necesarias migraciones, es el descenso del tamaño poblacional. Ahora bien, ¿cuál es el problema para cada país de tener un tamaño u otro? ¿Qué dificultades se pueden atisbar si se desciende del máximo tamaño alcanzado según la última proyección de la ONU? En una situación dominada por el paro estructural, el voraz consumo de recursos naturales y el agotamiento energético, la disminución de los tamaños poblacionales parece que sería una buena noticia y, tanto a corto como a largo plazo, podrían constituir una solución a considerar seriamente (9).
El descenso del tamaño poblacional de un país tiene algunos inconvenientes, el llamado "envejecimiento" está entre los inevitables. Excluidos los asesinatos en masa, la única manera de que la población decrezca es que durante un largo periodo de tiempo el diferencial entre nacimientos y defunciones sea negativo y constante, aunque la forzosa consecuencia es el llamado "envejecimiento" de la población. ¿Hay alguna alternativa a esta dinámica? En mi opinión, ninguna. Si la población debe estabilizarse o disminuir, ha de pasar forzosamente por una situación de envejecimiento hasta que, silos patrones de mortalidad y fecundidad se estabilizan a ciertos niveles u oscilan en determinadas franjas, se alcance una estructura por edades y tasas de crecimiento (positivo o negativo con distinta intensidad) acordes con dichos patrones (10).
Los otros dos problemas evocados (que no explicitados) en el informe se refieren a la relación entre la estructura demográfica y el mercado de trabajo: el mantenimiento de una población potencialmente activa a un determinado nivel absoluto, o en magnitudes relativas respecto a los potenciales jubilados.
Sin embargo, la relación entre migraciones y mercado de trabajo no responde al esquema tan simple que se ha presupuesto al hacer tan simplificados cálculos:
1) se ha considerado un mercado de trabajo homogéneo donde todas las personas son equivalentes e intercambiables. Pero nada hay más lejos de la realidad, y si la productividad del inmigrante fuese inferior a la media de la población de acogida ¿no deberían todavía incrementarse los flujos necesarios para cubrir las hipótesis del informe?
2) Sólo se han considerado migrantes netos y se ha supuesto que se puede efectuar un control "de entrada" (ya que los inmigrantes son extranjeros); pero ¿en qué medida no se pueden producir flujos de emigrantes que por sus características anulen o disminuyan el efecto demográfico que se está buscando (ya que respecto a las salidas de "nacionales" amparados por la libertad de elección de residencia no existen mecanismos de control)?
3) Y en todo caso convendría aclarar cuáles son las causas de desarrollo y las posibilidades de control de los flujos migratorios económicos. ¿Qué mas dará que las migraciones sean o no un problema o una solución, si desconocemos sus causas o sus procesos escapan a nuestro control?
El análisis de la dimensión de la población ocupada como evocador de capacidad de producción de bienes y servicios, debería afrontar las mediaciones entre las magnitudes demográficas y las dimensiones económicas: tasas de actividad/ocupación, horas trabajadas y productividad, y todo ello para los diversos subconjuntos no homogéneos ni fácilmente permeables que constituyen los ocupados, los activos no ocupados, los no activos "activables", o los inmigrantes recientes, según cualificaciones, según clase social, etc. (11).
Finalmente, el plato fuerte es la relación entre las variables demográficas y los sistemas de protección social.

Demografía y protección social.
La manera lateral y poco reflexionada con que el Informe de la ONU aborda las relaciones entre demografía y flujos económicos relativos a la protección social, supone una regresión técnica e intelectual frente a anteriores elaboraciones más ponderadas sobre la influencia de los factores demográficos en los sistemas de protección social (12), aunque la baja continuada de la fecundidad presione las previsiones demográficas entre las dos fechas.
Para ejemplificar la separación que existe entre magnitudes demográficas y problemas sociales asociados, René Passet recurre a la invención de una apócrifa previsión de Alfred Sauvy en la Francia de posguerra (13) en la que, a la vista del continuo descenso de la población agrícola, se transmitía a la opinión publica el riesgo que corría el país de verse abocado a un colapso alimentario: se cumplieron las más pesimistas previsiones de disminución de la población agrícola, pero no se produjeron los problemas sociales intuitiva (pero falazmente) asociados a los mismos. Puede que las previsiones de estructura demográfica de la ONU u otras similares acierten (e incluso que se queden cortas) pero la pregunta clave a resolver es ¿por qué, o más precisamente: en qué medida, se deducen de tales ratios los problemas sociales que se consideran obvia (pero inexplicadamente) asociados?
En relación con el futuro de los sistemas de protección social se plantea, además de todo lo dicho sobre el mercado de trabajo, otro inconveniente/desplazamiento conceptual: la comprensión de los mecanismos entre procesos económicos y comportamientos actuales y futuros. Subliminalmente, el mensaje al uso se quedaba al borde de lo siguiente: debido al aumento de viejos y dando por descontado que los futuros españoles con empleo no tolerarán mas impuestos o cotizaciones sociales (en contra de la evidencia del último siglo, la insolidaridad y el egoísmo de las futuras generaciones en materia económica se dan por "descontados" en las hipótesis "desde el sistema"), la única solución es que grandes contingentes de inmigrantes sostengan a los españoles de hoy cuando se jubilen, de forma que lo que en la actualidad es visible en relación con los oficios más penosos o asociados a condiciones de trabajo de mayor servilismo, se habrá convertido en un componente estructural. Y ¿cuando los activos del 2050 se jubilen, no tendrían que a su vez llamar a contingentes todavía más crecidos y así como en el ejemplo del rey oriental, el tablero de ajedrez y las relaciones exponenciales, para equilibrar un país no bastarían en poco tiempo todos los habitantes del planeta?
Existe una abundante literatura y numerosos estudios de simulación en todos los países, y cualquier mecanismo de previsión que quiera producir resultados verosímiles ha de tener en cuenta factores adicionales: la maduración de los sistemas y sus prestaciones, la evolución de los distintos gastos y su prevista adaptabilidad a la evolución demográfica, pero finalmente todo concluye en un elemento clave de comprensión, fundamental en todo debate público: siempre y en todo caso, en el año 2000, en el 2050 o en el 2145, son los ocupados de ese momento los que generan los bienes y servicios de los que viven los jubilados y los estudiantes, y los que permiten atender a los enfermos (14).
En una época de santificación de los mecanismos del mercado, la constancia del carácter social (y asimétrico en tanto que políticamente pactado) de los mecanismos de transferencia es un asunto rigurosamente escamoteado. La única diferencia es el procedimiento, en todo caso socialmente instituido, por el que se procede a la asignación individualizada de recursos, lo que los especialistas señalan como "mecanismo escindido de causación de derechos y financiación de los mismos" y esto afecta tanto a los sistemas de reparto como a los de capitalización (aunque se intente trabajar con el imaginario ideológico de un dinero que, fruto del ahorro, se da valor a sí mismo en el tiempo). Por ello, no es de extrañar que la mayoría de los estudios (más ponderados que el de la ONU) pongan la atención en el papel clave en los escenarios de futuro de la tasa de ocupación, la disminución del paro o el desplazamiento de la edad de jubilación (15).
Es más, si los flujos inmigratorios internacionales que se registran hacia los países más ricos están vinculados al modelo de desarrollo económico y de funcionamiento dual y segmentado de los mercados de trabajo, con lo que las posibilidades de intervención son escasas, quizá la repetición de tan desmesurados cálculos no puede tener como objetivo una imposible toma de conciencia sobre unos problemas a los que no se dedica atención y análisis explícitos.

Potenciar los fondos de pensiones.
El resultado de hecho podría ser incrementar en el ciudadano medio el temor al futuro con la mención de un problema "sin causas ni responsables' (como las plagas y pandemias de otros tiempos) que favoreciese en relación con la inmigración, no tanto el debate sobre políticas serias de regulación o control, como su aceptación social sesgada en virtud de un presunto beneficio individual futuro ("ayudará a pagar mi pensión").
De esta forma, lo que para los inmigrantes, en tanto que personales protagonistas, es la historia de su drama y de las mil penalidades de las historias migratorias, para los empresarios de los sectores que acogen o estimulan estos flujos (incluidos los hogares que emplean asalariados domésticos) es el regalo de volver a encontrar mano de obra en condiciones de una flexibilidad ya olvidada, que deprime las posibilidades reivindicativas del resto del mercado. Si todo ello queda cubierto de un esperanzado futuro en el que existirá un ejército de subsaharianos, caribeños y andinos que estará trabajando para pagar los gastos de nuestra vejez, cualquier problema asociado deberá considerarse como tolerable si se le compara con el tétrico futuro augurado por los expertos a partir de los "análisis" demográficos... Pero este cuento tiene dos segundas partes. Desde el punto de vista de la inmigración es probable que se transmitan alternativamente en los medios catastrofismos demográficos y llamadas de atención de los empresarios: en determinados sectores hay demanda de obra no satisfecha. ¿Por qué no se deja actuar a los mecanismos de mercado como óptimos reguladores? Simplemente los precios del "factor trabajo" (esto es, los salarios) subirían hasta alcanzar su justo equilibrio, aunque no haya que descartar que se produzca la quiebra de los ineficientes empresarios que no son capaces de producir mercancías competitivas. Los denostadores de la intervención estatal en la economía llaman en este caso a las puertas de la política para que modifique el aspecto del mercado menos acorde con sus intereses (16). Para el empleador el coste del inmigrante es cero, y al tiempo contiene los salarios de los ya empleados. Pero no les ocurre lo mismo a quienes financian los presupuestos de los costos de acogida: gastos sanitarios, educación y atención a los familiares de los ocupados, aparato administrativo para gestionar los servicios, futuras pensiones, etc.
Desde el punto de vista de las pensiones no se arriesga mucho al vaticinar que con estos mismos cálculos u otros similares, nuestros medios de comunicación se llenarán de catastrofismos demográficos sobre el futuro de los sistemas de protección social: puesto que la situación se hará insostenible debido al envejecimiento, es necesario potenciar los sistemas (privados) de capitalización que sustituyan o complementen (para los que puedan) sus futuras pensiones.
Dos versiones de la historia. La apología simple del ahorro individual como fantasioso generador de la riqueza del mañana (a despecho de su efecto depresivo sobre la 1 actividad económica actual y los precios ~ futuros), o la reclamación de mayores rebajas fiscales para los planes de pensiones, ya ~ que deben ser estimulados por los poderes públicos debido a la bien conocida insuficiencia o inviabilidad futura del sistema de pensiones. En el futuro no sería tolerable un incremento generalizado de la presión fiscal para equilibrar el sistema de pensiones, pero sí se puede ejercerla hoy en términos relativos (17) en favor de la minoria con mayor renta, para que engrose las grandes carteras de los inversores institucionales.
Hay demasiado dinero en juego y además en las próximas décadas el negocio será redondo desde el más elemental cálculo actuarial, hasta que el envejecimiento de los aportantes haga que los pagos por pensiones crezcan más que los ingresos por cotizaciones. Si en el futuro se produce la probable quiebra de este negocio, será el momento de olvidarse de las exhortaciones al libre mercado que permite acumular (privadamente) beneficios (como ocurrió con los ferrocarriles, la construcción naval, la siderurgia o las quiebras bancarias) y de destacar la honda preocupación social por la cual el Estado ha de encargarse de sufragar (socialmente) las pérdidas.

IGNACIO DUQUE


(1) Naciones Unidas fleplacement Migration: ls itA Solution fo Declining and Ageing Populations?', Population Division. Department of Economic and Social Affalrs, ESAIP/WR1 60, 21 2 marzo, 2000, www.un.org/esa/popuIation/unpoP.htm
(2) Es la revisión con base en 1998 y horizonte 2050: Revision of 11w World Population Estimates and Proyections~ Population Division, Department of Economic and Social Affairs, Naciones 2 Unidas.
(3) España perderla 94 millones de personas entre 2000 y 2050, pasando su porcentaje de población de 65 y más años de 17 a 37 en las mismas fechas.
(4) El informe se refiere a los siguientes conjuntos: Francia, Alemania, Italia, Japón, Corea del Sur, Federación Rusa, Reino Unido e Irlanda del Norte, Estados Unidos, Europa y la Unión Europea, tomados todos de forma independiente.
(5) Como han Investigado los estudios citados en el Informe de Coleman para el Reino Unido y Le Bras para diversos países de la OCDE.
(6) Véanse los numerosos trabajos de Antonio Izquierdo, del Colectivo lOE y las publicaciones recientes del Observatorio Permanente de la Inmigración.
(7) ¿Por qué se escogen estos niveles de los indicadores demográficos? Nada nos dice el informe. Sin embargo la pregunta es, incluso desde la óptica más puramente tecnocrática, plenamente pertinente. Por razones que no hay espacio para desarrollar, las opciones adoptadas tienen influencia a la hora de las conclusiones más 'llamativas" de algunos agregados y escenarios.
(8) ¿Son sólidos estos cálculos? Dando por descontado que los sistemas estadísticos de los países desarrollados no tienen errores Importantes a la hora de conocer la edad de las personas residentes y registrar los flujos demográficos de nacimientos y defunciones, el ejercicio del informe de la ONU tiene un aspecto débil: la estructura por edades da los inmigrantes (que en todo caso es una entrada decidida por los que ejecutan las proyecciones) es la misma para todos los países y es similar a la registrada (para un período que no se precisa, págs. 14-15) hacia Estados Unidos, Canadá y Australia. Si todos o algunos ámbitos tuvieran inmigrantes menos jóvenes, lo que es bastante plausible, los resultados serían todavía más abultados.
(9) ¿Por qué además es un problema descender a partir de el máximo tamaño alcanzado a partir de las proyecciones de la ONU y no antes o después? ¿No podemos constatar a ojos vista que determinadas zonas del planeta tienen una concentración demográfica cuanto menos desequilibrada" respecto a infraestructuras o recursos?
(10) Desde principios de este siglo las relaciones entre los patrones de mortalidad, fecundidad y tamaño de la población están bien diseñadas y al alcance de cualquier diagnóstico, al 2 hilo de los trabajos del demógrafo americano Lotka y de posteriores desarrollos sobre modelos demográficos basada en poblaciones estables, cuasi-estables y estacionarias.
(11) Dimensiones del debate sobre segmentación del mercado de trabajo, ocupabilidad, etc.
(12) Véanse los informes de la OCDE 1988 titulados "El envelecimiento demográfico. Consecuencias para la política social" y 'El futuro de la protección social~ publicados conjuntamente por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de España en 1990 bajo el titulo 'El futuro de la protección social y el envejecimiento de la población'. (13) Léase René Passet, "Escenarios catastróficos para los jubilados, Le Monde diplomatigue, edición española, junio de 1999.
(14) Queda aparte una consideración a fondo de en qué medida las categorias económicas incluyen una visión limitada por parte del mercado de los procesos de creación de valor. Tareas sociales que no existen para la economía porque se realizan dentro de la solidaridad familiar o personal o productividades hiperrepresentadas en la Contabilidad Nacional en virtud de que se realizan con altísimo consumo de medios técnicos para resultados perfectamente inocuos (como ocurre en ocasiones con la Inflación de Costosos medios de diagnóstico y tratamiento, uno de los factores clave de la deriva de los gastos de protección social).
(15) Publicación citada de la OCDE y José A. Herce 'Propuesta de reforma de las pensiones: una evaluación ilustrativa", Revista Economistas, núm. 68, Cuadro 7. (16) Parece que esto ha ocurrido recientemente con un sector del empresariado catalán.
(17) Con el "enternecedor' título de apoyo al ahorro familiar, el nuevo gobierno de Aznar ya ha anunciado que estimulará las condiciones de captación por parte de los fondos de pensiones.

 
 

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