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DESARROLLO
SOCIAL: DESCENTRALIZACIÓN Y PARTICIPACIÓN (Dr. Manuel
Canto Chac)
Introducción.
Existe un consenso relativamente difundido que ubica al desarrollo
social como el gran reto de los gobiernos, y en consecuencia, a
la política social como uno de los principales temas en la reflexión
sobre la acción gubernamental. Enfrentar los desafíos inherentes
a la política social requiere operar adecuaciones, administrativas
y políticas. Destacan aquellas que son necesarias para la mayor
participación de la sociedad en las diversas fases de la política
social, sea a través de los usuarios (entonces se habla de participación
comunitaria), o de las organizaciones que representan intereses
de clase o profesionales (organizaciones sociales), o bien de organizaciones
autónomas voluntarias (organizaciones civiles), esta participación
reclama que las funciones decisorias sean llevadas al orden de gobierno
más cercano a la ciudadanía (descentralización), con el fin que
ésta lo pueda tener a su alcance y sea posible que intervenga en
la deliberación, decisión y ejecución de las acciones tendentes
al bienestar colectivo; esto a su vez requiere de nuevos desarrollos
en las ciencias de las políticas que den cuente de las nuevas posibilidades
de articulación complementaria y productiva entre gobierno y sociedad
(gerencia pública).
En un trabajo presentado en el Congreso pasado traté de abordar
la discusión teórica inherente a estos temas, concluyendo con lo
que a mi juicio era la agenda de los problemas derivados de esta
relación. En esta ocasión, a partir de algunos casos prácticos,
quiero intentar un análisis de los obstáculos principales que una
relación de esta tipo plantea para, a partir de ellos, esbozar algunas
vías para su superación. En este sentido en un primer apartado me
referiré a las concepciones sobre el desarrollo social, en el segundo
plantearé ubicar algunos de los problemas centrales en cuanto al
proceso de descentralización gubernamental, en el tercero enfocaré
los problemas inherentes a la participación de las organizaciones
civiles en los asuntos públicos, finalmente, en el cuarto apartado
intentaré establecer de manera explícita los problemas que surgen
al relacionar estos tres aspectos, sugiriendo algunos cauces para
su superación.
1.- Las concepciones del desarrollo social.
Sobre la política social se han dicho las más diversas cosas: que
únicamente resulta en paliativos; que puede combatir eficazmente
la pobreza; que es parte del ajuste neoliberal; que es un instrumento
para alcanzar la participación social, etc. Todas estas afirmaciones
pueden ser ciertas porque al final de cuentas la política social
no es algo homogéneo. Sus distintos sentidos y repercusiones dependen
más bien de las definiciones que se tomen como punto de partida,
del marco referencial que se asuma, por ello resulta importante
clarificar los diversos enfoques y sus implicaciones. Si bien puede
haber una multiplicidad de modelos dependiendo del grado de sofisticación
en los elementos a considerar, para fines de ubicación de estos
planteamientos conviene reducirlos a tres fundamentales:
a) el modelo centrado en la acción gubernamental;
b) el modelo de compensación del ajuste económico;
c) el modelo emergente.
a) modelo centrado en la acción gubernamental.
Corresponde a la concepción del estado como centro, tanto en lo
social como en lo económico y lo político.
Sus objetivos fueron: cumplir los derechos, socializar el bienestar
y redistribuir el ingreso entre los diversos sectores, el destinatario
era el conjunto de la sociedad. Sus contenidos fundamentales eran:
prestación gratuita o subsidiada de servicios; protección laboral
y redistribución fiscal; subsidio al consumo popular.
Sus instrumentos fundamentales eran: la legislación laboral con
prestaciones obligatorias; legislación fiscal de carácter progresivo;
subsidio al consumo popular. En cuanto al mecanismo de las políticas
de bienestar, quedaban en manos del gobierno todos sus faces, desde
la conformación de la agenda hasta la evaluación de resultados.
La ventaja de este modelo es que partía del reconocimiento de los
derechos sociales y de la universalización de las prestaciones,
formalmente todo individuo tenía derecho a reclamar atención pública
a sus necesidades, también se intentaba integrar las acciones promotoras
de la actividad productiva con las del desarrollo social; la principal
desventaja es que realmente quienes tenían mayor acceso a mejores
servicios eran los que tenían a su vez mayor capacidad de negociación
política, principalmente las grandes corporaciones, la seguridad
social se convertía en instrumento de intercambio político y, por
tanto, los más necesitados eran a la vez los menos favorecidos;
otra desventaja era la mala calidad de los servicios, al no haber
competitividad entre los prestadores. Adicionalmente, las grandes
agencias gubernamentales operaban con una enorme burocracia que
incrementaba significativamente los costos.
b) el modelo de compensación del ajuste económico
En este modelo se parte del supuesto que el ajuste económico hacia
el mercado acarrea costos sociales que es necesario compensar a
través de la política social.
El objetivo fundamental viene a ser entonces la compensación de
los costos sociales del ajuste económico para aquellos sectores
que los sufren de una manera más aguda: los llamados grupos vulnerables
o los que se encuentran en una situación de extrema pobreza. Una
modificación de este planteamiento puso el acento en el desarrollo
del capital humano, entendiéndolo como: en dotar de capacidades
básicas a la población pobre para que sea capaz de competir en el
mercado (dado que se considera que la ausencia de estas capacidades
básicas es el origen de la pobreza).
Sus contenidos están relacionados con la dotación de bienes básicos
a los grupos en extrema pobreza (alimentación, salud, educación),
así como también recursos para el desarrollo de la capacidad productiva
autorganizada de aquella población pobre que es viable económicamente,
y la inversión en infraestructura social (salud y educación básicamente).
Como ya se ha señalado, los destinatarios de este modelo son sectores
seleccionados, focalizados, se parte del supuesto que el gasto dirigido
a toda la sociedad es ineficiente porque subsidia a quienes no lo
necesitan, pretende desarrollar la capacidad productiva de aquellos
grupos que por no estar en situación de pobreza extrema son viables
económicamente.
Sus instrumentos básicos son: la selección de grupos para focalizar
la atención, sea por edad (niños, ancianos), por género (mujeres),
por ingreso (los que están por debajo de la línea de pobreza), en
algunas ocasiones se elabora un censo para establecer el grupo de
acción focalizada, o bien subsidios directos al consumo (a la demanda
más que a la oferta), esto es transferencia directa de recursos
- a través de vales o vauchers - para apoyar el consumo y que las
personas favorecidas puedan decidir libremente con quien adquirir
sus productos. El instrumento para apoyar la capacidad productiva
es el proyecto, los usuarios potenciales de estos apoyos elaboran
propuestas y licitan por recursos públicos, para ello tienen que
demostrar la factibilidad de su proyecto. Para las acciones tendentes
al desarrollo del capital humano los gobiernos planifican su gasto
utilizando como criterio fundamental el costo/beneficio, varias
de las responsabilidades del gobierno central son transferidas a
los gobiernos regionales y locales. En cuanto a los agentes que
intervienen tenemos al gobierno que establece las políticas, toma
las decisiones y las ejecuta.
En cuanto al financiamiento de las acciones se hace con recursos
públicos, pero también con fondos provenientes de la banca multilateral,
de la cooperación internacional y de la ayuda filantrópica nacional,
también se hace intervenir al grupo beneficiado, ya sea a través
del aporte de mano de obra o en metálico. En la implementación,
se posibilita la participación de ONG's, particularmente en las
acciones de asistencia y de desarrollo de la capacidad productiva,
quienes funcionan como prestadores en el primer caso o como asesores
en el segundo. Para las acciones relacionados con desarrollo de
capital humano se posibilita también la concesión de servicios a
grupos autorganizados de quienes anteriormente eran empleados (cooperativas
de maestros que se hacen cargo de las escuelas, de médicos y enfermeras
que se encargan de las clínicas), así como también de la iniciativa
privada, por ejemplo, los bancos pasan a administrar los fondos
de retiro.
Las ventajas que tiene este modelo están asociados al mayor nivel
de especificidad que tienen sus acciones, así como al involucramiento
de múltiples actores (ONG's, comunidades, iniciativa privada, gobiernos
locales), propiciando su corresponsabilidad en las labores de ayuda
social. También se señala que tiende a la desburocratización de
las acciones, generando mayor agilidad y eficiencia.
Las desventajas que tiene este modelo pueden ser:
- genera disminución de la calidad en los servicios a población
abierta, toda vez que al focalizar la atención se descuida las formas
anteriores de prestación vías agencias de gobierno.
- da lugar a la atención de problemas específicos de manera aislada,
por lo que se dificulta el establecimiento de políticas locales
que tiendan a aprovechar de manera integral los recursos disponibles.
- la dotación de recursos a grupos específicos aumenta la probabilidad
de uso clientelar de los mismos, toda vez que el funcionario de
la administración central o incluso local pueden otorgar la aprobación
de los proyectos basándose en criterios de intercambio político.
- la traslación directa de dinero implica a su vez varias dificultades:
i) el establecimiento del censo, del cual pueden quedar excluidos
muchos de los que responderían a los criterios de selectividad establecidos,
dada la dinámica de la pobreza, que en épocas de crisis se exacerba,
con lo que la eficiencia de la focalización (dirigir la ayuda a
quien realmente lo necesita) queda cuestionada.
- asimismo se supone que al tener los recursos en metálico el pobre
extremo puede libremente elegir a que oferente le otorgará su poder
de compra, sin embargo el ejercicio de este acto de libertad tiene
por lo menos dos supuestos: i) que el consumidor tiene información
suficiente (el lugar en donde encuentra el mejor producto relativo
al menor precio posible), situación que para alguien en situación
de extrema pobreza, con niveles educativos nulos o bajos y con escaso
acceso a medios de comunicación, es muy poco probable y, ii) que
tiene acceso al lugar en donde puede optimizar sus compras sin que
esto le signifique nuevos costos (transporte, tiempos), cosa igual
de improbable.
- por lo que hace al apoyo de la capacidad productiva, plantea un
problema de inicio: la diferenciación entre pobres viables y no
viables, contrario al supuesto del que más lo necesita, pero además,
desarrollar las capacidades productivas significa atender un conjunto
de actividades desde asesoría, capacitación, administración, diseño
del producto, comercialización, que no siempre son las más frecuentes,
ni siempre quedan cubiertas por el financiamiento y que cuando lo
son significan mayores costos de producción que se convierten en
una desventaja para la licitación, teniendo entonces mayores oportunidades
los grupos que tienen ya acumuladas mayores ventajas.
- lo anterior puede ser también valido cuando se piensa en el ejercicio
de responsabilidades por parte de los gobiernos locales, no sólo
en el plano de las capacidades gerenciales, sino también en lo que
hace a la situación política, toda vez que esta posible descentralización
de recursos y decisiones (que no es tampoco los más frecuente) pueda
dar lugar al fortalecimiento de cacicazgos y oligarquías locales.
- finalmente, la participación de otros agentes se ve limitada en
tanto que participan solamente en el ejecución de los programas,
pero no en su diseño, decisión y evaluación.
Hay que añadir que algunos de los problemas mencionados no son restricciones
propias del modelo, sino dificultades que aún ante la eventualidad
de otro modelo también se presentarían, lo que sí se puede afirmar
es que la lógica y la práctica del modelo de ajuste parece poco
capaz de superar estas restricciones, por lo que a partir de su
crítica y de sus realizaciones se abre la posibilidad de avanzar
en la construcción de otro modelo que aproveche las oportunidades
que plantea el actual y que supere sus restricciones a través de
ubicar como referente el desarrollo social integral. De esto se
ocupará el siguiente apartado.
c) el modelo emergente.
No se le puede dar una denominación más específica toda vez que
en la actualidad es una propuesta más que una realidad, lo que no
niega que su elaboración sea producto de multiplicidad de experiencias
de trabajo de diversas organizaciones tanto sociales como civiles,
es muy importante tener en cuenta el contexto en el que se desarrollan
estas experiencias, que es cuando se ha iniciado ya la crítica teórica
y el desmantelamiento del modelo centrado en la acción gubernamental,
por lo que pretende aprovechar las oportunidades que abre el modelo
de compensación del ajuste, sin descuidar la crítica a sus fundamentos,
podemos decir que es un modelo que se ubica en la transición política.
Este modelo se desprende en lo fundamental de las experiencias de
las OC's en su intento por participar en la conformación de lo público,
parte partir de las condiciones dadas y en el momento actual de
la reflexión, por lo que existen áreas que aún no están suficientemente
desarrolladas, lo que genera, entre otras limitantes, varias de
carácter técnico y aún político.
El objetivo de este modelo es potenciar la capacidad autogestiva,
productiva y participativa de los pobres.
En cuanto a sus contenidos el modelo emergente reconoce que es tal
la situación de miseria actualmente existente que hace necesaria
la atención asistencial (condiciones mínimas de sobrevivencia),
pero que ésta debe de realizarse con la participación de los destinatarios,
tendiendo a su autonomización en las decisiones. Plantea el establecimiento
de políticas que potencien la capacidad productiva de los sectores
pobres (tanto de bienes comercializables como de satisfactores de
su propio consumo), todo lo cual coadyuva a la generación de liderazgos
sociales para que los sectores empobrecidos contribuyan al desarrollo
integral, participando en el conjunto de decisiones públicas que
los afectan. Plantea a la vez la reivindicación de derechos sociales
para toda la población.
Los destinatarios son toda la población pobre (particularmente la
que puede organizarse), las comunidades rurales y urbanas. Así como
la población en general en tanto que detentadora de derechos sociales.
Los agentes implicados en este modelo son, en primer lugar los propios
destinatarios de las políticas, las OC's que estando formadas por
profesionales atienden también como consecuencia a sus propios intereses
en tanto que en las acciones se profesionalizan y alcanzan niveles
de participación en las decisiones públicas. Las organizaciones
sociales, los agentes gubernamentales, particularmente las autoridades
locales, las iglesias (en tanto que promotoras de organización y
de acciones sociales), la iniciativa privada, en tanto que se adhiera
de manera concreta a políticas de desarrollo social incluyente.
Todos los cuales deben de actuar en un marco de complementariedad
a partir de acuerdos específicos, no se descarta el gran pacto nacional,
pero se piensa que éste tendría que surgir a partir de experiencias
exitosas en lo local.
Los instrumentos son: mecanismos de financiamiento al alcance de
comunidades y de organizaciones sociales y civiles; asesoría en
la elaboración y desarrollo de programas de bienestar; establecimiento
de políticas integradas y no sólo de proyectos específicos; participación
de los diversos agentes en todo el ciclo de las políticas de desarrollo
social (desde la agenda hasta la evaluación); marco legislativo
adecuado para la participación y concretización de los derechos
sociales; alianzas locales, regionales, nacionales y aún internacionales
entre los diversos agentes intervinientes.
En cuanto a este modelo, más que hablar de ventajas y desventajas
habría que hablar de las limitaciones en su estado actual de elaboración.
La primera es que, siendo válido el énfasis que se pone en la comunidad,
no existen desarrollos suficientes que establezcan cómo esta política
social se relacionaría con las organizaciones clasistas, particularmente
las de trabajadores urbanos, asimismo no parece haber un planteamiento
para los bienes que se prestan a nivel nacional a población abierta
tales como educación o salud, se señala la necesidad de aumentar
la participación de los gobiernos locales pero esto no parece ser
suficiente. Por otra parte, si bien se reconoce la necesidad de
la intervención gubernamental, no está suficientemente claro cómo
se relaciona de manera sistemática el gobierno con las OC's, ni
la manera como éstas podrían participar en los espacios gubernamentales.
Por lo que hace a la relación con las organizaciones sociales, los
planteamientos se ubican más en la alianza política, sin que este
claro como pueda trascender a otros planos, como el de las acciones
complementarias, por ejemplo. En suma, las limitantes fundamentales
están menos por el lado de los instrumentos que hagan posible el
potenciamiento de la capacidad productiva de los pobres y más por
los mecanismos de la acción complementaria de los diversos agentes
participantes.
Condiciones de viabilidad de este modelo. Los cambios que impulsó
el modelo de compensación del ajuste económico (MCA) generó condiciones
básicas para el avance del modelo emergente (ME), algunas de ellas
son:
- el MCA eliminó el postulado de que el único agente de la política
social era el gobierno, abrió la posibilidad de intervención de
la comunidad y de las OC's; el ME parte de esta situación pero la
lleva más adelante, postulando no sólo su intervención en algunos
aspectos de las políticas, sino su participación en las decisiones.
- al reconocerse que no hay un proveedor único de los bienes sociales
(el gobierno) se abren alternativas para los usuarios, el MCA establece
de esta manera un modelo de mercado, el ME plantea la insuficiencia
del mecanismo de mercado y establece la necesidad que haya una evaluación,
a partir de criterios claramente establecidos, en la que participen
tanto los usuarios como los agentes intervinientes en la decisión.
- el MCA planteó la conveniencia de subsidiar más a la demanda que
a la oferta, esto abre la posibilidad de transferencias y subsidios
para la generación de oferta, ya no para los productores comerciales,
sino para las comunidades, como lo propone el ME. Habría que decir
también que pese a estas similitudes hay una diferencia fundamental:
el MCA se propone una política social para evitar los costos políticos,
del modelo económico, el ME se propone una política social para
modificar la relación política entre los sectores de la sociedad.
2.- La descentralización.
Simultáneamente se va generando el consenso en torno de la necesidad
de trasladar funciones, recursos y capacidad de decisión a los gobiernos
locales, pero diversas dudas acompañan a este consenso, tanto en
cuanto al uso de los recursos, como cuanto a las capacidades administrativas,
e incluso en cuanto a la voluntad política para operar una verdadera
descentralización, todo lo cual pone sobre la mesa de discusión
tanto la relación gobierno central (nacional,federal) - gobierno
local, como también la relación entre gobierno y sociedad.
¿Qué funciones le deben de corresponder al gobierno central, cuáles
a los gobiernos locales?, ¿cómo dotar a estos últimos de los elementos
suficientes para cubrir sus funciones?, ¿cuál es el papel que le
corresponde en las decisiones a la ciudadanía, a la organización
comunitaria y a la organización civil? son, entre otras, algunas
de las interrogantes que se deben de responder al pensar la transformación
de las relaciones entre gobierno y sociedad. Una primera cuestión
que resulta necesario abordar es la de la relación entre diferentes
órdenes de gobierno, lo que apela a la noción de federalismo. "El
federalismo implica un principio de subsidiariedad por el cual todo
lo que podamos hacer en la escala local, en la escala regional,
no debe decidirse en la escala nacional. Primero por un principio
de eficacia política y, segundo, por un principio de favorecimiento
de la participación como elemento fundamental de la dignidad política
y del sentido de la libertad." (Colomer: 100). La relación con el
tema de la federación se debe abordar por lo menos frente a tres
tipos de enfoques; uno de ellos tiene que ver con el asunto de lo
nacional. Para el siglo XX parece que el problema de la nacionalidad
es desplazado por el asunto de la competencia (aunque por supuesto
esto no es lo más preciso para el caso de Europa oriental); la integración
de los mercados, el desarrollo de la industria, las guerras comerciales
y los desarrollos tecnológicos obligan a pensar en los límites de
los estados nacionales con respecto de la competencia económica
y a formular respuestas de integración, ya no sólo a partir de relaciones
de cooperación económica, sino también de marcos legales, administrativos
e incluso políticos.
El otro tipo de problemas tiene que ver con el enfoque de lo federal
en relación con el de equilibrio de los poderes. Tal vez habría
que verlo como un mecanismo a través del cual la sociedad distribuye
el poder y la soberanía entre diferentes unidades de gobierno, generando
de esta manera contrapesos y funciones limitadas, al final de cuentas
como un mecanismo de control del gobierno por la sociedad.
El concepto clásico de soberanía, referido al poder de mando supremo
de una sociedad política fue puesto en tensión por el estado federal.
Pareciera que contemporáneamente el concepto de soberanía ha sido
relegado por el de ley y por el de decisión, en los estados modernos
la decisión no corresponde a un sujeto único, sino que surge a través
de un complejo entramado de intermediaciones y de complicados juegos
de poder, lo cual hace que la soberanía aparezca como dividida,
compartida y que privilegie el asunto de la coordinación entre diversas
instancias de poder y de relaciones complejas entre los diversos
mecanismos de intermediación, la idea de un sólo sujeto decisor
ha entrado en decadencia acompañando la decadencia del poder centralizado
del estado, de aquí que se tenga que operar un desplazamiento en
la discusión hacia el asunto de la representación y de la decisión,
mismos que apelan a la diversidad y relación entre las intermediaciones
sociales. Si las dos situaciones anteriores las enfocamos a las
peculiaridades del federalismo latinoamericano, nos encontramos
con la dificultad de caracterizarlo en relación a los modelos históricos:
"el federalismo [latinoamericano] no es ni una copia del
federalismo norteamericano ni un producto vernáculo. Más bien se
podría caracterizar como un proceso de tipo interactivo según el
cual las propuestas doctrinarias provenientes de otros contextos
son reelaboradas a la luz de las necesidades..." (Carmagnani:
398).
Si para la tradición europea el problema central era el de la relación
entre nación y estado y para la norteamericana lo era el equilibrio
de poderes, la tensión principal en el surgimiento del federalismo
latinoamericano se puede ubicar en: "...(que) la forma de gobierno
existente no garantiza una adecuada gobernabilidad del país, pues
no es capaz de proyectar a las provincias o estados hacia un horizonte
más amplio ni dar vida a mecanismos institucionales aptos para que
las instancias del gobierno general lleguen efectivamente a todos
los puntos del estado y para que, viceversa, las instancias de las
regiones o provincias sean adecuadamente representadas por el gobierno
general." (Carmagnani: 401).
Por lo que hace al federalismo mexicano, éste presenta una tensión
entre: "la propensión a borrar las competencias políticas para
convertir entidades federativas en unidades administrativas, y el
movimiento de los estados a reivindicar su soberanía. En esta tensión
de larga duración la fórmula federal permitió, por más de un siglo,
conciliar estas tendencias para sufrir un significativo desajuste
en los años noventa del siglo pasado, y un giro corporativista o
estatista a partir de los años treinta del presente." (Hernández:
289)
De aquí entonces que en el caso mexicano el poder federal aparezca
más como el agente innovador que al imponer su dominio sobre las
oligarquías locales contribuye a la unidad territorial y a la modernización
del conjunto del país, el reclamo de la descentralización aparecerá
entonces más atravesado por los criterios de eficiencia administrativa
y de aprovechamiento de los recursos de las regiones para sus pobladores
que de reivindicación de identidades culturales.
Desde inicios de la década de los ochenta se retoma de manera significativa
la discusión sobre la descentralización, en las reformas legislativas
realizadas en 1983 se señala en la exposición de motivos que la
descentralización tenía como su razón de ser el fortalecimiento
del municipio libre. Sin embargo las prácticas hasta ahora observables
parece que aún no logran desterrar la situación de que: " ...
en el sistema autoritario posrevolucionario, las libertades del
'municipio libre' han sido únicamente aquellas que los gobernadores
han permitido. El otro gran límite a la libertad municipal, han
sido los recursos: las fuentes locales resultaron, desde el principio,
notoriamente insuficientes para satisfacer las demandas de servicios
y obra pública locales. Las transferencias de recursos de los gobiernos
estatal y federal al municipio, se convirtieron no sólo en insustituibles
- por ser el ingreso principal - sino en otro y muy efectivo instrumento
de control político." (Meyer: 241)
Parece difícil establecer un único sentido en el que el rescate
de los niveles de gobierno se esté realizando a través de los procesos
de descentralización, desde una cierta perspectiva la descentralización
hace referencia a una traslación de responsabilidades del gobierno
central a los gobiernos locales, antes que traslación de recursos
que permita que los gobierno locales amplíen sus posibilidades de
acción y decisión; incluso en los avances que se han observado en
algunas regiones en cuanto a autonomía administrativa y participación
algunos creen encontrar: "una nueva tecnología de poder que se
orienta más a la modernización que a la democratización del aparato
de Estado" (Jalbert: 253)
De tal suerte que en la acentuación contemporánea de solidaridad
individual se vería más el paso "de la era del estado providencia
a la del ciudadano providencia". Después de un largo período
de acciones de asistencia a partir de las políticas de estado, se
llama "al ciudadano a tomar sus responsabilidades, esperando
tal vez culpabilizarlo e invitándolo a armonizar sus necesidades
en función de las del estado y las de la economía en crisis."
(Jalbert: 257)
Por otro lado hay quienes ven de una manera bastante promisoria
el espacio de lo local, y en particular del municipio, para ensayar
fórmulas que posibiliten la resolución a añejos problemas: "...
el municipio pasa a ser un amplio campo para los análisis de procesos
sociales fundamentales, constituyendo de esta suerte una especie
de laboratorio, mediante el cual pueden llevarse al cabo diversas
acciones encaminadas a resolver los problemas más acuciantes de
nuestra sociedad." (Mejía: 5)
En síntesis, la redefinición de las relaciones gobierno sociedad
se da en un entorno en cual también son puestos a prueba todos aquellos
conceptos que fueron la base de nuestra cultura política. No se
puede invocar como mecanismo fundamental de legitimación la identificación
de la Nación con las instituciones estatales, el concepto de soberanía
ya no puede mas fundamentar la idea de un sólo decisor, las distintas
formas de agregación social demandan participar en las decisiones
con vías nuevas de representación social y el federalismo parece
ser visto cada vez más como un mecanismo de limitación del poder
político que de engrandecimiento de la Nación. Pasar a otro modelo
es el reto del presente, cómo orientar este tránsito de atribuciones
y de suplencia circunstancial de los que aún no puedan asumir las
funciones que les correspondan es el desafío principal de las estrategias
de descentralización.
Analizando algunos casos de ejercicio de gobierno local se puede
encontrar algunas constantes que favorecen su desempeño, entre las
principales está el cambio político. Cuando la competencia partidaria
produce cambios en el partido gobernante la eficacia en el desempeño
se ve favorecida, así como la mayor participación social, producto
a su vez de que el triunfo opositor suele darse cuando postula algún
candidato que tiene reconocimiento previo entre la población, estos
cambios favorecen el desarrollo de estructuras incluyentes y participativas.
Sin embargo no se puede negar que junto con ello aparecen múltiples
restricciones, particularmente cuando el gobierno estatal está a
cargo de un partido distinto al del municipio (Pardo).
A partir de análisis de casos de gestiones municipales exitosas
(Pardo, Merino, Cabrero, Mejía) y de propuestas de diversos actores
participantes en estos procesos, puede llegar a establecerse algunos
puntos de agenda para la descentralización en México:
a) la redistribución de atribuciones entre federación, estados y
municipios, con los mecanismos adecuados de coordinación entre ellos,
en esta redistribución el concepto de subsidiariedad puede jugar
tanto como horizonte de las nuevas atribuciones como criterio de
desempeño de las mismas;
b) la democratización en todos los niveles a fin que se de una adecuada
relación gobierno-sociedad, así como un control del primero por
la segunda;
c) la incorporación de las diversas formas de intermediación social
en el diseño e implementación de decisiones en los distintos niveles
de gobierno;
d) el incremento de la capacidad gerencial en los niveles "inferiores",
que les permita diseñar y ejecutar acciones para el bien de la comunidad,
así como el debido control en el manejo de los recursos;
e) el diseño de mecanismos de asignación presupuestaria para que
junto con el traslado de funciones se dé el traslado de recursos
y la autonomía necesaria en las decisiones sobre la ejecución.
f) el desarrollo de mecanismos de relación a nivel municipal en
los que el referente sea la comunidad y que tanto acerque las decisiones
la ciudadano como permita la integración de las diferencias culturales.
g) el diseño de un marco general en el que se de una retroalimentación
de los rendimientos entre los diversos niveles de gobierno.
De ser válida esta agenda habría que poner atención en los conflictos
prácticos que le serían inherentes, entre ellos podrían estar:
i) la dificultad para poder integrar políticas nacionales con la
redistribución de decisiones, habida cuenta del predominio de la
lógica de la federación y la escasa experiencia resultante en coordinaciones
de carácter ascendente, junto con el incremento del riesgo de que
en la implementación se distorsionen los objetivos de las políticas.
ii) las dificultades para compaginar alternancia política con colaboración
y coordinación entre gobiernos, habida cuenta de las experiencias
en esta materia y la aún escasa probabilidad del predominio de una
lógica de alternancia en el sistema político.
iii) la existencia de una estructura política basada en los compromisos
con oligarquías locales y el tránsito hacia formas nuevas de asignación
y gestión de los recursos
3.- La participación de las Organizaciones Civiles.
Un tercer consenso existente es sobre la participación de la sociedad
en la acciones de la política social; en particular me referiré
a lo relacionado con la participación de las OC's, que como quedó
señalado en la introducción es uno de las formas posibles de participación
de la sociedad en los asuntos públicos. En la ponencia presentada
en el Congreso del 97 del CLAD, abordé con amplitud este asunto,
ahora sólo destacaré, algunos de los aspectos entonces abordados,
primero en cuanto los obstáculos para la relación OC's - gobiernos:
a) El primero es de carácter político;
b) El otro obstáculo es de déficit en el contrato social;
c) El tercero es de carácter técnico y financiero.
Propuse entonces lo que a mi juicio eran los temas centrales de
discusión sobre el asunto:
I) Un marco legal que reconozca la actividad de las OC's en el desarrollo
social como de interés público;
II) cambios en la administración y en los administradores públicos
a fin que sean capaces de potenciar la productividad de la sociedad
civil;
III) la preocupación de los gobiernos por la politización de las
OC's;
IV) la necesidad de acuerdos entre ambos actores sobre los objetivos
y la estrategia de la política social;
V) La descentralización de las decisiones públicas como una ocasión
de relacionarse con los gobiernos "concretos". (Canto)
En lo que se ha podido observar en cuanto a relaciones específicas
entre OC's y gobiernos aparecen algunas alternativas fundamentales:
i)Participación como implementadoras de políticas y programas. Para
algunas organizaciones, y para muchos gobiernos, lo viable y estratégico
será convertirse en vendedoras de servicios al sector gubernamental
como implementadoras de programas. Existen algunos aspectos en los
que se ha centrado la ventaja comparativa de las OC's con respecto
de las agencias públicas, por un lado se señala que la dimensión
de las OC's hace que estas puedan operar con una menor estructura
administrativa y que, por tanto, los costos burocráticos asociados
al proyecto sean bastante menores. Asimismo, se ha señalado que
el mayor contacto que mantienen con la comunidad les permite una
relación más fácil y transparente, lo que contribuye a que la población
pueda ejercer una mayor vigilancia de los fondos que se utilizan
para su beneficio (Migdley). Sin embargo no se ha analizado con
suficiencia la capacidad profesional de las OC's, hasta ahora se
oscila entre la exaltación o el denuesto pero sin suficientes elementos
para sustentar un punto de vista objetivo. Parece que en cuanto
a esta modalidad de participación son tres los aspectos de los que
depende su éxito: a) capacidad técnica para poder competir como
licitadoras, lo cual a su vez requiere de su especialización en
algún campo específico, lo que tal vez podría entrar en contradicción
con las observadas estrategias de diversificación a fin de lograr
su sobrevivencia; b) inversión en capacidad instalada; c) destrezas
organizacionales.
ii)Participación como consultoras. En este caso la probabilidad
de éxito depende, si bien de una capacidad técnica, de su nivel
de cabildeo, lo cual a su vez tiene que ver con el nivel de relaciones
previas con el grupo en el gobierno y con la afinidad con las preferencias
de los gobernantes en turno. Las posibilidades y limitaciones en
esta alternativa tiene que ver con la capacidad de los asesores
para proporcionar apoyos técnicos efectivos, esto a su vez tienen
que ver con la profesionalización de las OC's y esto último se relaciona
con las fuentes de financiamiento; hasta ahora los recursos que
reciben las OC's provienen básicamente de la cooperación internacional,
los vínculos que establecen con comunidades y organizaciones sociales
son de carácter voluntario, en cuanto que no suele reconocerse la
asesoría como un trabajo profesional que en tal sentido representa
un costo para el proyecto de desarrollo. Si se asumiera que los
servicios de asesoría son un insumo fundamental para que la comunidad
puede realmente participar en las decisiones, esto implicaría a
la vez reconocer que los costos de tal asesoría tendrían que ser
considerados como costos directos del proyecto.
iii)Participación como promotoras en el diseño e implantación de
políticas. Desde luego que la participación en un diseño de políticas
también se puede hacer como consultoras, el punto al que me refiero
es cuando la OC interviene promoviendo una política que ella misma
considera de importancia, en este sentido la probabilidad de éxito
depende más que nada de la capacidad de generar alianzas con otros
actores, lo que tiene a su vez que ver con la redefinición de relaciones
entre OC's y organizaciones sociales, puesto que en el pasado reciente
las primeras aparecían sólo como servidoras de las segundas y no
en una relación contractual ni de alianza estratégica.
Los anteriores pueden ser algunos de los dilemas que se presentan
cuando analizamos desde las mismas OC's sus posibilidades de participación,
pero cuando fijamos más la atención en el entorno aparecen otro
tipo de desafíos, suponiendo la búsqueda de relaciones complementarias
más que competitivas con otros agentes sociales, podemos tener las
siguientes posibilidades y restricciones:
A)Con respecto al nivel de autoridad con la que se relacionen. Normalmente
se piensa que es al nivel local en el que se da la mayor posibilidad
de colaboración entre OC's y gobierno, toda vez que corresponde
a su tamaño de escala y que en él se hace posible el diálogo directo
con la autoridad, sin negar que todo esto sea cierto, estando totalmente
de acuerdo en que uno de los objetivos fundamentales de las reformas
del Estado debiera ser "acercar las decisiones al ciudadano", el
buen deseo no elimina los problemas que esto trae consigo, entre
los cuales se pueden identificar: la más débil tendencia a la democratización
en las instituciones locales, la menor habilitación técnica de sus
gobiernos, la menor dotación de recursos, etc. Por lo cual las necesarias
adecuaciones tienen que ser resultado de procesos complejos de reformas
políticas, jurídicas y organizacionales para que la administración
pública local sea capaz de aprovechar la capacidad productiva de
la sociedad civil.
B) Si a nivel local parecen estar claros los mecanismos y las limitaciones
para la participación de las OC's en las decisiones públicas, cuando
el tema se plantea a nivel de todo el país las dificultades y ausencia
de claridad son aún mayores. Tal vez el punto más conflicto sea
el de los mecanismos de representación de las OC's, desde el punto
de vista gubernamental se ha insistido en la necesidad que existan
instancias que representen a las OC's y que en tal sentido sean
interlocutoras del gobierno ante una eventual participación reconocida
jurídicamente en la elaboración de políticas públicas. Por el lado
de las OC's el asunto de la representación reviste mas de una dificultad,
algunas provienen de las prácticas corporativas del régimen político
mexicano, en las que se percibe una tendencia persistente a construir
formas de representación que propician el control de los diversos
sectores sociales por parte del gobierno. Pero además de ello, existe
la preocupación por el menoscabo que pudiera tener el derecho de
libre organización consagrado en el artículo 9º constitucional.
Como quiera, cuando se piensa en la política nacional se requiere
tener en cuenta que el nivel de interlocución que se requiere reclama
la existencia de mecanismos de representación que, sin anular la
autonomía de cada organización -base de su aporte a la vida política
contemporánea- permita un diálogo eficaz, en términos de la real
participación en las decisiones.
C) El tipo de relación que establezcan con las Organizaciones sociales.
Usualmente en América Latina las OC's fueron vistas como entes al
servicio de las organizaciones de clase, ya sea en la asesoría especializada
o en la intermediación de sus recursos; con la crisis de representación
política el vínculo entre OC's y OS's fue desdibujándose, adicionalmente,
la irrupción de las demandas ciudadanas por la democratización,
básicamente en sus aspectos procedimentales y la búsqueda de confluencias
amplias contribuyó a que la vinculación entre estos dos tipos de
organizaciones perdiera los rasgos predominantes en la década de
los setenta y parte de los ochenta. En la actualidad parece que
aún no se define este tipo de relación, indefinición que no se puede
posponer por más tiempo, toda vez que la presencia consistente de
OS's requiere de las asesorías especializadas y la posibilidad de
las OC's de influir en las políticas públicas requiere de un peso
político como el que pueden proporcionar las primeras. D) El asunto
del financiamiento y del control fiscal. Las ONG's, como cualquier
organización privada o como cualquier persona, rinden sus declaraciones
al fisco y éste puede auditar sus estados financieros cuando lo
decida, a nadie se le ocurriría que todas las personas o entidades
privadas tengan que dar cuenta a todos los demás, ¿qué es lo que
hace que en países con sistemas políticos desarrollados las propias
ONG's impulsen la discusión en torno de la rendición de cuentas,
tanto del gobierno como de ellas mismas, a la sociedad?, el principio
de que la sociedad tiene derecho a saber en qué se emplean sus recursos,
es decir: los recursos públicos. Caracteriza a lo regímenes con
democracias desarrolladas la transferencia de recursos públicos
hacia las ONG's, sin embargo estas transferencias aún no adquieren
en los países de AL carta de ciudadanía y, por tanto no se sujetan
a procesos estandarizados y juridificados que alejen la sombra de
intercambio político. Sabemos que en Al es usual que las OC's reciban
financiamiento y aún se puede decir que subsisten debido al apoyo
de la cooperación internacional, misma que desde los ochenta ha
manifestado cambios en su orientación, probablemente como consecuencia
de los cambios en la orientación política de los gobiernos de los
países cooperantes y de la relación entre gobiernos y agencias de
cooperación, así como también por los cambios de los paradigmas
de desarrollo social, todo lo cual repercute sobre la orientación
de las agencias donantes, sobre los condicionantes para las OC's
en su relación con los gobiernos.
Tenemos entonces que las relaciones entre OC's, tipos y niveles
de gobierno, organizaciones sociales y cooperación internacional
son los hilos con los que se teje la compleja red de desafíos para
un planteamiento a fondo de la participación de las OC's en el desarrollo
social.
4.- Los temas comunes:
A manera de conclusión propongo los siguientes problemas que se
siguen al enfocar la política social frente a sus retos fundamentales:
la participación de la sociedad y la descentralización de las decisiones
públicas hacia los niveles locales de gobierno, distingo tres niveles:
conceptual, político y técnico.
* A nivel conceptual
a) Sobre el modelo de desarrollo. Sin duda que este es el principal
asunto de carácter conceptual a dirimir, como se intentó plantear
en el primer apartado, no es indiferente la posición que ocupen
los distintos actores de la decisión que se tome sobre el modelo
de desarrollo social, puesto que ello los ubicará como usuarios,
como implementadores o como actores en una relación de corresponsabilidad.
Resulta entonces crucial definir el modelo que permita la mayor
concurrencia de actores con el mayor consenso posible.
b) Sin duda también que la elección sobre el modelo de desarrollo
social estará a su vez condicionada por la manera como se conciba
la relación entre gobierno y sociedad, el ejercicio del poder al
final de cuentas. El reto para los gobiernos es reconocer la existencia
de entes políticos más allá de la representación; reconocer que
el ciudadano no se reduce al votante, sino que puede hacer uso cotidiano
del poder que ha delegado en el gobierno, también podríamos decir,
si incorpora a la democracia representativa la democracia participativa,
si modifica la concepción del ejercicio de la soberanía y la rendición
de cuentas.
c) el tercer asunto es sobre el régimen político. Los retos de la
política social de la actualidad desafían a la reformulación del
régimen político, tanto en relación al equilibrio y distribución
de poderes (como cuando se plantea convertir a la política social
en política de Estado), como en cuanto a las relaciones intergubernamentales
(en términos de las descentralización) a fin de acercar las decisiones
al ciudadano.
* A nivel político
d) el primer dilema es si se optará por hacer transferencias de
recursos públicos a actores no dependientes del gobierno, a través
de reglas de juego establecidas -juridificadas- que desplacen el
intercambio político entre gobierno y actores sociales de la obtención
de fondos a la orientación de las políticas, que incluso puedan
dar lugar a coaliciones entre diversos actores sociales que participen
en disputas cuyas arenas no sean controladas por el gobierno central.
e) otro desafío para los diversos actores es armonizar entre los
distintos agentes intervinientes (agencias de cooperación, gobiernos,
Oc's, Os's) los flujos de recursos y las orientaciones que propician
hacia el desarrollo social.
f) para las organizaciones, tanto sociales como civiles, entrar
en una situación de normalidad de los intercambios con el gobierno
y de institucionalización de su presencia pública, implica la modificación
de sus pautas de negociación (entre presión y argumentación), pero
también sus pautas de relación, lo que entre otros temas espinosos
plantea el de la representación para la interlocución, terreno que
parece ser crecientemente disputados por formas profesionalizadas
de la acción política, ya sea por organizaciones partidarias o parapartidarias
emergentes (APN's en México).
* A nivel técnico
g) el dilema central, una vez resuelto el asunto del modelo de desarrollo
(inciso a), es ineludible pensar en los indicadores de eficiencia
que posibiliten una discusión objetiva sobre el éxito - fracaso,
que tomen en cuenta la naturaleza diversa de los objetivos a alcanzar.
h) una vez acordado el sentido de los flujos será necesario acordar
criterios de asignación de recursos que tomen en cuenta el carácter
de los diversos actores de dependientes de la administración pública.
i) desde luego que la creación de dispositivos que permitan la interacción
entre diversos actores sociales y gubernamentales (comprendiendo
entre ellos a los distintos órdenes de gobierno) será un desafío
de primer orden.
Dr. Manuel Canto Chac (Profesor /investigador. UAMX - DCSH).
BIBLIOGRAFÍA CITADA
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Públicas: Las Organizaciones civiles y la Política Social" Ponencia
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CARMAGNANI, Marcelo. Federalismos latinoamericanos: México, Brasil,
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HERNANDEZ, Alicia. "Federalismo y Gobernabilidad", en Carmagnani,
op, cit. JALBERT, Lizette. "La décentralisation: enjeux et perspectives"
en L. Maheu y A. Sales (coordinadores) La recomposition du politique.
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MEJIA, José. Problemática y desarrollo municipal. UIA - PyV, México,
1994. MERINO, Mauricio. En busca de la democracia municipal. El
Colegio de México, México, 1994. MEYER, Lorenzo. "El municipio mexicano
al final del S. XX", en Merino, op. cit.
PARDO, Ma. Carmen. "La gestión municipal, ¿motor o freno para el
desarrollo democrático?" en Merino. |
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