|
LA INMIGRACIÓN
EN ESPAÑA. UNA BIBLIOGRAFÍA DE TRABAJOS RECIENTES (Horacio Capel).
El estudio de las migraciones en España tiene una larga y rica tradición,
que se ha intensificado en los últimos años en relación con cambios
decisivos en los movimientos migratorios. En estas mismas páginas
de Biblio 3W se ha prestado ya atención a la bibliografía de estos
movimientos de población, como reflejan, entre otros, los artículos
de Gustavo Garza Merodio (1997), Marta Casas (1997) y Mª Rosa Ferrer
Sánchez (1999). Y en Aracne se ha presentado una relación de direcciones
electrónicas de Internet en las que pueden obtenerse informaciones
muy valiosas y diversas sobre los movimientos migratorios (Lorenzo
y Xalabarder, 1997).
En esta nota bibliográfica -que se ha elaborado como una de las
guías de lecturas para el curso de doctorado sobre "Inmigración
y pobreza en la ciudad contemporánea"- se incluyen poco más de un
centenar de referencias procedentes esencialmente de geógrafos españoles
y de obras colectivas en que éstos han colaborado, a los que hemos
añadido algunos otros trabajos significativos.
Existe en España una larga tradición de estudios sobre los problemas
de las migraciones, en dos direcciones fundamentales, las migraciones
interiores y la emigración al exterior. A partir de los años 1960
el tema de los movimientos interiores de población se convirtió
en una cuestión de gran trascendencia, ligada a la intensificación
del proceso de industrialización y a la disminución de la población
campesina en la España rural, lo que fue objeto de interés por parte
de sociólogos, geógrafos y economistas (Capel 1967). Aunque estas
migraciones interiores han perdido la intensidad que tuvieron en
el pasado, el tema ha seguido siendo objeto de atención y ha dado
lugar a valiosas investigaciones (Avila 1993, Blanco 1993, Galdós
1993, García y Puyol 1997).
Existe, por otra parte, una gran tradición de estudios sobre la
emigración exterior, en relación con la fuerte corriente emigratoria
a países extranjeros durante los siglos XIX y XX. A ese tema se
ha seguido prestando atención todavía hoy, tanto en lo que se refiere
a la emigración hacia Iberoamérica (Palazón 1989, 1993) como a la
emigración española tradicional a Europa en general (López Trigal
y Prieto, 1993), y a países concretos como Bélgica (Cornet y Díaz
Alvarez 1986, Díaz Alvarez 1989), el Reino Unido (Villa 1985) o
Francia; algunas de las formas tradicionales de emigración a Europa
se han podido mantener coyunturalmente hasta fechas recientes, para
participar en trabajos como la vendimia en el sur de este último
país (Obiol 1989). En relación con todo ello pueden también citarse
algunos trabajos realizados sobre las políticas migratorias (Aragón,
1993).
Durante la época contemporánea España ha sido predominantemente
tierra de emigrantes, aunque no por ello la inmigración estuvo ausente,
como muestra, por ejemplo, la presencia de napolitanos en el siglo
XIX, tras la unificación italiana. Pero el hecho nuevo es que España
ha dejado de ser un país de emigración y se ha convertido en receptora
neta de inmigrantes, lo que ha supuesto un importante cambio que
ha sido destacado por diversos autores (Muñoz e Izquierdo 1989,
Simón 1989, Pascual 1993, Solana y Pascual 1994). Existe ya un cierto
número de trabajos generales sobre el carácter reciente de la inmigración
extranjera a España (Canales 1992, Cordero 1993), evaluaciones de
las cifras de inmigrantes extranjeros (Izquierdo 1992, Lora-Tamayo
1996), y estudios sobre las características de algunos grupos de
inmigrantes (Colectivo IOE 1987).
Se han realizado asimismo interpretaciones económicas de las migraciones
a España (Bodega y Cebrián 1992, Ferrieri 1996, Gozálvez 1992) y
se ha analizado el impacto laboral de la migración extranjera (Gozálvez,
1990, Lora-Tamayo, 1995, Solana y Pascual 1995) y su relación con
los problemas laborales de los países de origen (Viruela 1991).
El tema del mercado de trabajo ha sido también tratado en algunas
publicaciones de alcance más general editadas por el Ministerio
de Trabajo y Seguridad Social (Bade, 1992; Stark, 1993). Más recientemente
se ha destacado que la inmigración se ve activada por la globalización
y las transferencias de personal en las empresas multinacionales
(Mendoza 1993).
La novedad de la imigración de extranjeros a España ha estimulado
el interés de las revistas españolas por las migraciones internacionales,
y han aparecido asimismo trabajos sobre sus tipologías (Cortizo
1993, Vidal 1993), a la vez que se presta atención a los problemas
generados por la inmigración en Alemania (Freund 1993), en Japón
(Sato y Sasaki 1993) y en Estados Unidos (Serrano 1997).
El estudio de la inmigración extranjera plantea numerosos problemas,
empezando por el de las fuentes. El tema ha sido abordado por algunos
investigadores que han mostrado la necesidad de complementar la
información de los censos, así como el interés de las actualizaciones
de los padrones (Courgeau, 1992, Durá Guimerá 1995). También se
han realizado propuestas sobre la utilidad del método biográfico
en los análisis de migraciones (Jiménez 1995, Pascual y Cardelús,
1993) y la importancia de la historia oral (Valero Escandell 1994).
Especial atención se ha prestado a los diversos contingentes de
inmigrantes, clasificados según su procedencia. Entre los países
europeos Portugal aporta un cierto contingente, especialmente importante
en algunas áreas del centro (Galaz 1993). Inmigración mas reciente
es la procedente de países del este de Europa, que algunas veces
-como ocurre con los polacos- han pasado de refugiados a inmigrantes
(Rodríguez 1995).
Entre los inmigrantes extraeuropeos la atención principal se dirige
a los inmigrantes magrebíes y africanos en general, sobre los que
existe un amplio conjunto de trabajos: Bodega y otros (1992), López
(1993), Bodega y Cebrián (1993), Cohen (1995), Colectivo IOE (1995).
Especial importancia tienen las investigaciones que ha dedicado
al tema Vicente Gozálvez Pérez en diversos artículos (1993, Segrelles
y Gozálvez 1994) y en su libro Inmigrantes marroquíes y senegaleses
en Alicante y Castellón (1993). El mismo Gozálvez ha mostrado la
incidencia del fenómeno descolonizador en el inicio de esta migración
(Gozálvez 1994), mientras que otros han abordado la emigración de
españoles al Magreb en los siglos XIX y XX (Bonamatí 1993). También
se ha prestado atención a la inmigración de caboverdianos, realizada
esencialmente desde Portugal (López Trigal y Prieto 1993). De la
inmigración procedente de los países iberoamericanos ha sido ya
objeto de investigación la de las dominicanas, dedicadas en muchos
casos a faenas domésticas (Cerón 1995).
También existe un amplio grupo de investigaciones sobre las consecuencias
de la inmigración, y eventualmente de la emigración, en diversas
regiones españolas. Destacan entre ellas las realizadas por geógrafos
de las universidades de Valencia y Alicante sobre los movimientos
migratorios en el País Valenciano (Bonmatí y Canales, 1993, Domingo
1990, Valero, 1992, Hermosilla 1995, Palazón y Miranda 1993, Valero
Escandell 1992). Este mismo grupo ha realizado asimismo novedosos
estudios demográficos sobre las migraciones relacionadas con la
guerra civil y la postguerra inmediata en la provincia de Alicante,
en un número de Investigaciones Geográficas de Alicante coordinado
por Vicente Gozálvez (Gomez y Sebastiá, 1993, Moreno 1993, Moreno
y Quiñonero 1993; y también Viruela 1990).
La inmigración extranjera tiene una importante presencia en Cataluña
por la oferta de trabajo que existe en esta comunidad (Colectivo
IOE 1992). Especial atención se ha prestado a la población magrebí
en Cataluña (Colectivo IOE 1995, Casas, 1997) y a los problemas
de inmigración e integración en Barcelona (Inmigració 1998, Iglesias
1998).
En Andalucía, puerta normal de entrada para la inmigración africana
(Gozálvez 1996), es especialmente importante su presencia en el
campo de Dalías (Gómez y Segrelles, 1995). Pero también se ha investigado
el impacto de la emigración exterior en otras provincias (Naranjo
1986). En lo que respecta a Canarias, se ha estudiado la inmigración
llegada a este continente desde el Africa occidental (Díaz Hernández,
1994). Vale la pena recordar asimismo que en Portugal la presencia
de inmigrantes en la región de Lisboa ha sido tratada en un libro
de gran interés (Malheiros 1996).
Además de los análisis de carácter general existen también trabajos
sobre diversas consecuencias de la inmigración. Ante todo, sobre
el impacto positivo de la inmigración en las tasas de fertilidad
de la población catalana (Cabré 1992) y a las consecuencias favorables
de la inmigración en una población crecientemente envejecida (Abellán
1993, Bodega 1995), a lo que puede unirse la difusión en España
de trabajos que abordan el tema de la inmigración en la llamada
segunda transición demográfica (Comite 1995). Existen también estudios
sobre las consecuencias en la demanda de vivienda (Curbello) y sobre
la ocupación de viviendas marginales (Lora-Tamayo 1993, Módenes
1993).
Las ciudades han sido áreas tradicionales de llegada de inmigrantes,
y siguen siendo hoy los lugares donde más agudamente se plantean
los conflictos generados por la inmigración extranjera (Capel 1997,
Vidal Bendito 1997). Especial atención se concede en algunas grandes
ciudades a la llegada y establecimiento de inmigrantes, habiéndose
llegado en algún caso a crear "Observatorios permanentes de la inmigración",
como se ha hecho en Barcelona (Inmigració 1998, Iglesias 1998).
Las actitudes y prejuicios de los españoles ante la inmigración
extranjera han sido también examinadas en algunos trabajos (Calvo
Buezas 1989, Aguilera 1993).
Los problemas suscitados por la llegada a las ciudades españolas
de de inmigrantes de diversos orígenes culturales está siendo objeto
de examen en aproximaciones interdisciplinarias. Gran interés ofrecen
las que se presentaron al coloquio Ciutat i inmigració, celebrado
los días 8 y 9 de noviembre en el Centro de Cultura Contemporánea
de Barcelona, con la participación de antropólogos, sociólogos,
geógrafos, juristas y economistas (Delgado, 1997); la ciudad como
un derecho, la integración y desintegración del inmigrante en los
marcos urbanos, la espera de la ciudadanía, la lógica y retórica
de la exclusión, las urbes y el futuro de la diversidad fueron los
temas objeto de debate.
(Horacio Capel). |
|